16/3/08

Walter Serner - Intro

Esta traducción de apartes del “Manual para embaucadores” de Walter Serner apareció en marzo de 2007 en El Malpensante. Walter Serner sigue siendo un placer y una conmoción regulares, así que creo que ahora, un año después, no está mal abrir este blog con un par de textos suyos. A la presentación, los “Preparativos” y el “Manual” he añadido la traducción de “Yo...”, un breve texto autobiográfico escrito por Serner en 1925.
Por lo que sé, aparte de esta traducción que sigue no existe en castellano versión alguna de textos de Serner. El "Manual" fue reeditado hace muy poco tiempo: Letzte Lockerung. Ein Handbrevier für Hochstapler und solche, die es werden wollen, Zürich: Manesse, 2007. Las otras obras se consiguen en alemán, con suerte, buscando bien en anticuarios.


Walter Serner nació en 1889 en la ciudad alemana de Karlsbad (actualmente en la República Checa) en el seno de una familia judía. Estudió Derecho en Viena, escapó a Suiza en 1914 tras haber firmado ilícitamente un certificado médico para un amigo, editó en Zürich la revista vanguardista Sirius y se afilió al joven Mouvement Dada. En 1917 divulgó entre los dadaístas su Última relajación – Manifiesto Dada (Letzte Lockerung – Manifest Dada), un escrito turbulento y cínico (y a ratos incomprensible) que desató en los círculos vanguardistas un escándalo literario mayúsculo. En 1918, un nervioso inmigrante rumano que se hacía llamar Tristan Tzara logró publicar, bajo su propio nombre, una inaudita versión modificada de la obra de Serner, con el inaudito título: Manifest Dada. El manifiesto de Serner sólo fue publicado en 1919. Tristan Tzara tuvo suerte: hoy día ninguna historia del arte sabe quién es Walter Serner, y la ratería de Tzara no es más que una anécdota melancólica (que se puede leer, por lo demás, en cualquiera de los libros sobre Serner).
Después de romper con los dadaístas en 1918, Serner abandonó Suiza y se entregó a una inestable vida de viaje por Europa, publicando regularmente narraciones eróticas y cuentos criminales, obras de teatro, artículos, poemas descabellados y un par de novelas. Su novela más popular en Alemania es La tigresa. Una extraña historia de amor (Die Tigerin. Eine absonderliche Liebesgechichte, 1925), la historia del amor de una prostituta y un hampón deprimido.

En 1927 apareció en Berlín la segunda parte de la Última relajación: el Manual para embaucadores o aquellos que quieran llegar a serlo (Handbrevier für Hochstapler und solche, die es werden wollen), compuesto por 591 reglas de comportamiento para delincuentes y estafadores. Y –basta leer unos pocos preceptos para entenderlo así– para el resto de hombres. El Manual, sin duda la obra más desvergonzada de la entreguerra alemana, se divide en trece capítulos (algunos de ellos: “Conocimiento humano”, “Mujeres”, “Viajes y hoteles”, “Trucos”, “Hombres”, “Vestimenta y buenos modales”, etc.), en los que podremos aprender cómo engañar a todo el mundo (y al mundo) y obtener de él algunos favores discretos.

Por la época de la publicación del Manual, la locuaz censura conservadora en Alemania empezó a ejercer cada vez más y más presión con el fin de prohibir los textos de Serner, por considerarlos “un peligro para la moral pública”, y a su autor un “proxeneta judío”. El 13 de octubre de 1928, Serner escribió desde Suiza a su amigo el pintor Christian Schad:

Ya sé, mi querido, que usted desea lo mejor para mí. Pero aquí me odian tanto, se trabaja tanto en mi contra, que ya todo me empieza a parecer asqueroso. Y como no soy hombre de agachar la cabeza, creo que me voy a retirar pronto. Por fortuna soy de naturaleza feliz. Por estos días duermo largamente y bien, y fumo incontables cigarrillos…

Acto seguido, se esfumó por completo… Sobre la desaparición de Serner se dijo que éste había entrado definitivamente al mundo truhán que le era tan familiar: que se había dedicado a estafador internacional, a traficar con mujeres; con heroína. La verdad es menos poética: en realidad el escritor, que no volvió a publicar nada, ni siquiera a escribir tan sólo una carta, se había establecido en Praga; en 1938 se casó con su novia Dorothea Herz y empezó a trabajar como profesor de idiomas en una escuela. Se sabe que la pareja intentó solicitar en 1939 y 1940 de las autoridades alemanas que ocupaban el país permisos para emigrar a Shanghai. Se sabe también que estos intentos fracasaron.

Serner, cuyos libros se encontraban desde 1933 en la larga lista de obras “vergonzosas e indecentes” del gobierno nazi, vivió en el gueto de Praga hasta 1942. El primero de agosto de ese año, Walter Serner y su esposa fueron deportados al campo de concentración de Theresienstadt. Allí fueron exterminados en fecha desconocida.


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