Manifiesto y Programa de la Bauhaus (1919)
¡El objetivo final de toda actividad artística es el edificio! Adornarlo fue alguna vez la más noble de las funciones de las artes plásticas: ellas eran elementos inseparables de la gran arquitectura. Hoy, las artes viven en un pudoroso aislamiento, del cual sólo pueden ser redimidas a través del esfuerzo consciente y conjunto de todos los artesanos. Los arquitectos, los pintores y los escultores deben conocer y comprender la forma compuesta de un edificio, tanto en su totalidad como en sus partes individuales. Sólo entonces se verán llenas otra vez del espíritu arquitectónico que perdieron como “artes de salón”.
Las antiguas escuelas de arte eran incapaces de producir esta unidad. ¿Pero cómo hubieran podido hacerlo, si es que el arte no puede ser enseñado? Deben regresar al taller. Este mundo del dibujo y la pintura, de diseñadores y artistas aplicados, debe volver a ser un mundo de la construcción. Cuando los jóvenes que perciban en sí algún tipo de pasión por las artes vuelvan a iniciar su vida creativa con el aprendizaje de un oficio, entonces el “artista” improductivo dejará de estar condenado al arte deficiente, pues sus habilidades estarán ahora contenidas en aquel oficio que, él sí, le permitirá alcanzar la excelencia.
Los arquitectos, los escultores y los pintores: todos debemos regresar a la artesanía. Y es que el arte no es una “profesión”. No existen diferencias esenciales entre el artista y el artesano. El artista es simplemente un artesano elevado. En raros momentos de inspiración independientes de su propia voluntad, la misericordia celestial permite que de sus manos surja inconscientemente arte. Pero la competencia en un oficio es indispensable para todo artista. Allí yace la fuente de la imaginación creativa.
¡Produzcamos entonces un nuevo gremio de artesanos sin aquellas distinciones de clase que erigen un muro altanero entre el artesano y el artista! Debemos desear, concebir y crear la estructura del futuro que abarque la arquitectura, la escultura y la pintura como una unidad, y que algún día se elevará hacia las alturas gracias a las manos de millones de artesanos como el símbolo cristalino de una nueva fe.
Programa de la Escuela Oficial Bauhaus en Weimar (fragmento)
Objetivos de la Bauhaus
La Bauhaus pretende congregar el esfuerzo creativo en un todo, reunificar todas las disciplinas artísticas –la escultura, la pintura, la artesanía local y los oficios– como componentes inseparables de una nueva arquitectura. El objetivo último (si bien distante) de la Bauhaus es la obra de arte unificada, la gran estructura, en la que no existe distinción entre arte monumental y el arte decorativo.
La Bauhaus quiere educar a arquitectos, pintores y escultores de todos los niveles y de acuerdo con sus capacidades, y permitirles convertirse en artesanos competentes o artistas creativos independientes, y formar una comunidad de trabajo de destacados artistas-artesanos futuros. Estos hombres de espíritu hermanado sabrán diseñar armoniosamente edificios en su totalidad –estructura, terminados, ornamentación y mobiliario–.
Principios de la Bauhaus
El arte está por encima de todos los métodos; ella misma no puede ser enseñada, pero los oficios sí pueden serlo.
Los arquitectos, los pintores y los escultores son artesanos en el auténtico sentido de la palabra. Así, una educación completa de los oficios, adquirida en talleres y establecimientos experimentales y prácticos, es condición de toda producción artística para cualquier estudiante. Tendremos que construir gradualmente nuestros propios talleres, y los acuerdos de aprendizaje con talleres externos han de ser cancelados.
La escuela es sirviente del taller, y un día será absorbida por éste. Así, no habrá profesores y pupilos en la Bauhaus, sino maestros, oficiales y aprendices.
El método de enseñanza surge del carácter del taller: formas orgánicas desarrolladas a partir de habilidades manuales.
Evitar toda rigidez; dar prioridad a la creatividad; libertad de la individualidad, pero estricta disciplina de estudio.
Exámenes de maestros y los oficiales de acuerdo a los Estatutos Gremiales, se llevarán a cabo ante el Consejo de Maestros de la Bauhaus o ante maestros externos.
Colaboración de los estudiantes en las obras de los maestros. Asegurar trabajos por comisión, también para los estudiantes.
Planeación mutua de edificios de estructura utópica –edificios públicos y templos– dirigida al futuro. Colaboración de todos los maestros y los estudiantes –arquitectos, pintores, escultores– en estos diseños, con el fin de alcanzar progresivamente una armonía de todos los elementos que componen la arquitectura.
Contacto constante con los líderes de los oficios y las industrias del país. Contacto lcon a vida pública, con la gente, a través de exhibiciones y otras actividades.
Nueva investigación de la naturaleza de las exposiciones, a fin de resolver el problema de presentar trabajos visuales y escultóricos en el marco de la arquitectura.
Alentar las relaciones amistosas entre los maestros y los estudiantes fuera del ámbito del trabajo; habrá pues obras de teatro, lecturas, poesía, música, fiestas de disfraces. Establecer un ceremonial alegre en estas reuniones. […]
* Por la traducción: Copyright / Derechos reservados de autor HDCA
* Imágenes (de arriba abajo): Foto de la escuela Bauhaus en Dessau; Herbert Bayer: portada de libro (1923); tres "clásicos" de la Bauhaus: Wilhelm Wagenfeld: lámpara - 2914; Marianne Brandt: tetera - 1924; Marcel Breuer: silla - 1928.
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